Las Cuevas de Nájera se han vuelto a abrir al público después de 30 años de su cierre, sumándose a los atractivos turísticos de esta población de La Rioja. iMuntanya ha sido la empresa encargada de las obras de estabilización del talud y la colocación de barandillas y nuevas escaleras. Además hemos llevado a cabo trabajos de excavación arqueológica y tareas de limpieza de las cuevas bajo la dirección de obra de Raúl de Miguel.
Sobre las obras de estabilización, la jefa de obra de iMuntanya, Begoña Placer, nos explica el motivo: «En la zona de las Cuevas de Nájera, los estratos que afloran (aparecen en superficie) son prácticamente horizontales y están constituidos por rocas sedimentarias. Se pueden distinguir tres estratos diferentes: los mayoritarios y rojizos son de arenisca (los más duros) y de lutita (los más blandos); y los más escasos, de poco grosor y blanquecinos, son de yeso fibroso. A causa de la existencia de estos estratos más blandos y de los procesos erosivos, se ha ido generando un descalzo de la base más blanda, provocando la inestabilització de los estratos más duros. De aquí vino la necesidad de llevar a cabo trabajos de estabilización.»
La inestabilidad provocada por los estratos más blandos junto con los procesos de erosión hacían necesaria la estabilización del talud.
Para la protección del talud se ha empleado una malla de triple torsión que, sobre todo, se utiliza para el guiado y conducción de bloques de pequeñas dimensiones. Asimismo, se detectó la presencia de 3 conjuntos de bloques más grandes y potencialmente más inestables, la caída del cuales podría generar mayor impacto. En estos casos puntuales, se ha utilizado una Malla Spider® de Geobrugg de alta capacidad de contención (hasta 4,5 kN/m²), adosada al terreno con barras de acero autorroscables de diámetro 25mm, tanto perimetralmente como el interior adosando bien la malla de forma que permita un buen reparto de cargas en superficie.
La malla Spider® se ha empleado para estabilizar los bloques más grandes y con mayor riesgo de impacto en caso de caída.
Dada la dificultad de acceso y transporte de materiales, se utilizó un helicóptero para colocar la malla en la cabecera del talud y, mediante un grupo de operarios, se fue desenrollando a lo largo de la superficie adosándola al terreno. La colocación se realizó mesurando la superficie a cubrir y cortando en superficie. Antes se habían colocado los anclajes de sostenimiento que, junto con la red, engloban el sistema de contención.
La barandilla existente estaba en muy mal estado.
En el interior se llevó a cabo la colocación de una barandilla, sustituyendo la existente que se encontraba en estado y oxidada. Parte de la barandilla se realizó en el taller de iMuntanya y, el resto, en obra. Además, se instalaron tres peldaños en el lugar de obra dado que, a causa de la acumulación de material durante un período largo de tiempo, se había oxidado y generado un descalzo de la base de la pequeña escalera anterior. Para facilitar el paso en el interior de la cueva, en la entrada se colocó un entarimado tecnológico de PVC.
Más allá de obras de estabilización, en las Cuevas de Nájera se han llevado a cabo trabajos arqueológicos para la visita turística que nos detalla Javier Ceniceros, director del Museo Histórico Arqueológico Najarillense y arqueólogo encargado:
- Limpieza del barro acumulado en los pasillos que conectan los diferentes grupos desde el cierre de las cuevas a mediados del siglo XX.
- Excavación de los estratos arqueológicos identificados durante los trabajos preparatorios de 2019.
Durante los trabajos de limpieza realizados se detectó la existencia en varias de las cámaras de una fina capa de barro de no más de 2 cm de potencia que contenían restos de fauna, semillas, frutos secos, tejidos y astillas de madera. La recuperación de estos materiales era necesaria para determinar la cronología y función de las cuevas, sobre todo de aquellos que colmataban oquedades y rebajes practicados en la roca relacionados con las primeras fases constructivas.
- Recreación y reconstrucción de algunos elementos originales con finalidad didáctica.
-
- Recreación de la estructura de una puerta de separación entre cámaras del Grupo 6. Se trata de una puerta compuesta de hoja fija encajada en su correspondiente ranura y hoja batiente hacia el interior más estrecha. Para la reconstrucción se han aprovechado las estructuras talladas conservadas.
- Recreación de la división en atrojes para cereal de la Sala 2D, siguiendo las ranuras de las paredes y los mechinales del techo.
- Reconstrucción de la boca del silo excavado en el suelo de la Sala 4A.
- Recolocación de algunas vigas de madera utilizadas para subdividir las salas o para suspender algunos de los productos almacenados.
SOBRE LAS CUEVAS ARTIFICIALES DE NÁJERA
Nos explica Javier Ceniceros: «Se han inventariado 136 bocas y cornisas colgadas con restos constructivos repartidas en los tres cortados rocosos a cuyo pie se asienta la ciudad de Nájera: Santa Lucía, con 18 bocas distribuidas en seis niveles; El Castillo, con 77; y Malpica, con 41. Las cuevas se localizan a más de 14 metros de la base del cortado, alcanzando algunas los 45 metros. La mayoría se ubican entre los 18 y los 30 metros de altura. El acceso a las bocas resulta muy complicado y por ello sólo 50 de ellas han sido visitadas y reutilizadas durante el siglo XX.
La localización en altura proporciona seguridad defensiva, facilita la vigilancia, elimina la humedad, garantiza una buena ventilación del interior y evita la intrusión de roedores y otras especies dañinas. Estas ventajas superan los inconvenientes relacionados con el acceso. Este se producía aprovechando estrechas cornisas de roca, actualmente desaparecidas, mediante pasos volados de madera anclados a la pared, cuyos mechinales son todavía perceptibles, y con cuerdas o escalas colgadas de vigas de madera encajadas en los costados de las ventanas y de los que se conservan varios ejemplares.»
Más información aquí acerca de Las Cuevas de Nájera i para realizar una visita virtual.